Volver a la playa
Cuando llega la primavera lo hace de golpe. No se sale lentamente del letargo invernal como te despiertas de una siesta, sino que de pronto un día no sabes qué ponerte, el aire es cálido y en el armario sólo hay ropa de invierno. De pronto te apetece salir a la calle a pasear, hacer excursiones y volver a la playa.
Cuando no vives en una localidad costera, con los primeros calores, piensas en que llegue el fin de semana o un puente para lanzarte a buscar hoteles de playa y planear una escapada para disfrutar del buen tiempo y de los días más largos.
En Altea las casas empiezan a lucir más blancas y el cielo más azul, en la calle hay gente y se llenan los hoteles y las terrazas, porque tomar una cerveza al sol de primavera es un placer que compensa los días grises que han quedado atrás. Vuelve esa alegría mediterránea de arroces, baños y paseos, de comidas con amigos, de lecturas en la playa y siestas en el «sol y sombra». Los hoteles de playa han estado reformando sus instalaciones y poniendo todo a punto, pronto abrirán los chiringuitos. Es hora de quitar el polvo y poner a punto las bicicletas. Volvemos a la playa aunque de momento sea sólo para leer .
El turismo de playa encuentra en Altea una oferta más que atractiva porque aquí hay mucho más. Tenemos la huerta y la montaña muy cerca. La oferta gastronómica de La Marina es muy rica en sabores y en historia. En Altea tenemos gastronomía de la huerta del mar y de la montaña de Alicante.
La oferta cultural es mucho más amplia que en la mayoría de poblaciones costeras que viven del turismo de playa. Galerías de arte, tiendas de artesanía, exposiciones y, sobre todo, la música. Pronto empezarán los conciertos de la ruta de las hermitas y los conciertos en la Plaza del Agua.
En Altea, en un mismo día puedes estar en la playa, pescar, pasear por la sierra o por rutas tan atractivas como las del río Algar o la huerta, o ir a la sierra, porque todo está cerca. Salas de fiesta y discotecas en Benidorm, parques acuáticos, temáticos, deportes náuticos. La oferta es infinita y con el buen tiempo se estira como los días.
Es pronto para hablar de primavera, pero ya se siente. Dentro de poco olerá a azahar y vendrán los que pasaron el invierno en la ciudad aprovechando la mínima ocasión para hacer una escapada.
Bienvenidos y bienvenidas.